"El hombre es lobo para el mismo hombre"
Hobbes
Hace algún tiempo realicé una disertación oral en la cual se debía tratar un tema de carácter ético, y aunque se me ocurrieron muchos temas, elegí uno que suele hacer presencia en muchos ámbitos de la vida, dicho tema lo denominé EL PARASITISMO EN LAS COMUNIDADES HUMANAS.
Pero, para hablar del parasitismo en las comunidades humanas, en primera medida, estableceré qué vamos a entender por parasitismo y por comunidad.
En términos generales, el parasitismo1 es un proceso por el cual una especie (el parásito) amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies (los hospedantes) para que cubran sus necesidades básicas y vitales, que no tienen porque referirse necesariamente a cuestiones nutricionales.
Las especies explotadas normalmente no obtienen un beneficio por los servicios prestados, y se ven generalmente perjudicadas por la relación, viendo menoscabada su viabilidad.
Algunos ejemplos de parásitos son las amibas, los piojos, las pulgas, los ácaros, entre otros.
Por otra parte, se denomina como "comunidad" a un grupo o conjunto de individuos, seres humanos o de animales que comparten elementos en común, tales como el idioma, costumbres, valores, tareas, edad, ubicación geográfica, roles, etc.
La raíces semánticas de "comunidad" nos trasladan a términos como communis, que entre otras cosas significa "distribuido entre todos", "bien común", y que como sustantivo (cummunus), significaría "el que hace lo que tiene que hacer junto con otros"2
Por tanto, algunos ejemplos de comunidad son las comunidades primitivas, la familia, el colegio, la universidad, el trabajo, el barrio, la ciudad, el país, etc.
Ahora bien, ¿a qué hago referencia con el tema denominado: el parasitismo en las comunidades humanas? hago referencia a dos cosas, la primera, que todo ser humano pertenece, como mínimo, a una comunidad, y la segunda, que en las diversas comunidades que existen es muy común encontrar relaciones parasitarias entre las personas que pertenecen a dicha comunidad. Veamos algunos ejemplos:
Los hijos mayores de edad (algunos con más de 30 años de edad), suelen ser parásitos de sus padres, pese a que poseen las capacidades y la edad suficiente para independizarse de estos y/o para responsabilizarse de sus gastos.
Los estudiantes que se atienen a sus compañeros de grupo o amigos, para que estos les realicen o presten sus deberes escolares.
Los trabajadores que evaden sus horas laborales y/o que emplean su tiempo laboral para realizar actividades que no corresponden a su trabajo (sentarse a tomar tinto y echar chisme, hablar largo rato por teléfono, jugar en el computador y navegar o chatear en internet).
Las personas que disfrutan del servicio de TV cable, internet, luz o agua sin realizar los pagos pertinentes o a despensas del bolsillo de sus vecinos o de las empresas prestadoras del servicio.
Los gobernantes que recaudan grandes sumas de dinero para beneficio propio y no de la comunidad.
Son algunos ejemplos, que seguramente, son muy familiares para usted y muchas otras personas, sin embargo, en tales actuaciones, muchos no ven ningún tipo de inconveniente o reproche ¿Por qué? Porque las relaciones parasitarias se ven favorecidas por el poco carácter, la poca voluntad y la poca convicción de los hospedantes frente a la oposición y a la voz amenazadora o dulce de los parásitos y por otra, por la gran astucia y la manipulación que ejercen los parásitos sobre los hospedantes, todo ello favorecido por una gran falta de conciencia ética y moral en unos y otros.
En este sentido, Adolfo Sánchez, en su documento "Ética", presenta los primeros principios morales que surgieron en la humanidad, los cuales son: el trabajo de todos y cada uno de los individuos, la solidaridad, el apoyo mutuo y la justicia (entendida como la igualdad en la distribución), los cuales tuvieron lugar en las comunidades primitivas y deben regir, por tanto, las interacciones en una comunidad. Pero, en una relación parasitaria entre seres humanos, tales principios morales no hacen presencia, puesto que el parásito satisface sus necesidades sin realizar ningún tipo de trabajo, faltando así al cumplimiento de una de las mayores virtudes que puede alcanzar el ser humano: la justicia.
En consecuencia, en pro de relaciones y de convivencias más sanas en cada una de las comunidades a las que pertenecemos, se hace necesario que en cada una de estas (sobre todo, en la familia y en la escuela) se fortalezca la "ÉTICA DE MÍNIMOS"3 aquella que propone el mínimo de legalidad y orden que una sociedad necesita, mínimos que son principios de convivencia que se obtienen por consenso social y generalmente son deberes y derechos que son denominados éticas de la justicia. Puesto que la justicia no es un asunto subjetivo sino intersubjetivo, que nos permite exigir al otro (gobernante, empresario, autoridad, compañero, pareja, amigo, etc.) su cumplimiento.
Es una ética de mínimos requerida por la sociedad en su conjunto, aunque sus ciudadanos puedan asumir diferentes creencias morales y religiosas, es exigible a todo ser racional y garantiza la imparcialidad.
Es la ética en la que necesitan ser formados tanto los parásitos como los hospedantes, para que no confundan sus actos irresponsables, deshonestos, injustos e irrespetuosos con dos grandes valores cuyo significado la sociedad ha tergiversado: la solidaridad y la tolerancia, y para que logren tener conciencia de sus actos y se puedan curar así de lo que Savater denomina como "imbecilidad moral", aquella que no permite vivir la buena vida.
Es la ética en la que necesitan ser formados tanto los parásitos como los hospedantes, para que no confundan sus actos irresponsables, deshonestos, injustos e irrespetuosos con dos grandes valores cuyo significado la sociedad ha tergiversado: la solidaridad y la tolerancia, y para que logren tener conciencia de sus actos y se puedan curar así de lo que Savater denomina como "imbecilidad moral", aquella que no permite vivir la buena vida.
1. Comparar con: Parásitos y parasitismo [en línea]. Disponible en: http://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/Parasitos.htm.
2. Comparar con: Revista de Educación [en línea]. España: Ministerio de Educación; 2003. Centro de investigación y documentación educativa. p. 225-226. Disponible en: http://books.google.com.co/books?id=ZcRlfFSemKcC&printsec=frontcover&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
3. "Ética de máximos y ética de mínimos". Disponible en: http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/libros/filosofia/morada_hombre/eticamax.pdf
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